27 de mayo de 2008

Echar la hueva?!?!?!?

como os dije en el primer post, los dias que no tuviese nada mejor que contar os contaría alguna de las muchisimas anecdotas que me han sucedido ( y en la inmensa mayoria de ellas no he salido bien parado.)

Poz hoy es uno de esos dias, y toca la anecdota de "tocarse los huevos".

Como muchos de vosotros sabreís, en mi anterior trabajo, por avatares del destino, me toco viajar más que las sandalias de Marco Polo, y uno de los lugares a los que me tocó viajar en varias ocasiones, fue México.

Os pongo en situación, pruebas con Pemex, nuestro cliente (una de las petroleras mas importantes del mundo), y teniamos montado todo el sistema para las pruebas en una giga-sala de nuestras oficinas de DF.

Para esa obra la gente de México habian contratado a varios fresones (pijos) de la universidad de Monterrey (universidad privada elitista de México) para que nos echasen una mano.

Pues un día como otro cualquiera nos fuimos a comer el nucleo "gachupin" (insulto que utilizan los mexicanos para referirse a los españoles), y a la vuelta, unas 2 o 3 horas después, (una comida en DF acaba con la paciencia de cualquier europeo, mae mia, con el "ahorita mismo").

A la vuelta, nos encontramos a dos de estos fresones de la monterrey que "trabajaban" con nosotros, tonteando, moñeando, ligando o como querais llamarlo, (antes de que os hagais pajas mentales, eran chico y chica...)

Y llego yo con mi gracejo natural, mi saber estar, mi don de gentes, mi diplomacia y otras dos o tres cualidades que me san olvidao. Como estaban como la churri y estaban a lo suyo, no se dieron cuenta de que habiamos llegado, me acerque por la espalda sin que me viesen y les grito:


¡¡¡¡¡¡¡DEJAD DE TOCAROS LOS HUEVOS Y A CURRRRALLLLLL!!!!!!!!!!!!!!!!!

Me asusté hasta yo, porque no regulé muy bien mi chorro de voz, y me salió un vozarrón que ni Pavarotti en sus mejores tiempos.
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De repente el silencio, mas de 20 personas que habia en la sala, clientes, compañeros, etc. se giraron hacia la escena que estabamos protagonizando.

Por mi parte, ningun problema porque mi vergüenza la dejé con la última de las chelas (ricas cervezas mexicanas) que nos bebimos mientras nos traian la comida de 2 horas.

Pero me fijo en los fresones, empiezan a ponerse coloraetes, rapidamente pasan a rojo bermellón y de ahí al punto de ebullición.
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Otro silencio
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De pronto la fresona mexica, me mira con los ojos vidriosos, como si la hubiesen echado un puñado de arena a los idem y me responde muy airosa:

"...snif..snif..Yo no tengo de eso!!!"

Apunte: las mexicas son todas muy dignas y no pronuncian tacos. Cuanto mas fresona, menos tacos.

Tras soltarme la frase en cuestión, se levantó de su silla y se fue de la sala, medio gimoteando...

En ese momento fue en el cual se me quedó mi famosa cara-HABA, y comprendí que algo mu chungo debía haber dicho por la reacción de ambos fresones y del resto que estaban en la sala...

Mas tarde y por otro mexicano, me enteré que "tocar los huevos" en méxico tiene justamente el significado literal, ki cir, hacer una "chaqueta". (actualizado hacer una chaqueta = varear el olivo o zurrarse la badana).

Y que para definir al acto al que me refería y que todos conocemos por "Tocarse los huevos" utilizan la expresión:

"Echar o Tirar la hueva"


No recuerdo que la fresona me volviese a dirigir la palabra, a los pocos dias se fue de la empresa porque según me enteré habia encontrado algo mejor (espero que no tuviese nada que ver el famoso incidente).


Esto es to, esto es to, esto es todo, amigos...



Aqui tenemos a Pipe...





2 comentarios:

Piper Kiiinan dijo...

De este largo y sin embargo ameno post saco saco dos cuestiones:
- hacer una chaqueta es algo parecido a varear el olivo?? no me queda claro
- el Pipe ese del vídeo se toca los huevos a dos manos (two hands) en el curro??

Soy un MAR de dudas.

Pd. por cierto... StinDiritis.

Il Venturetto dijo...

No me cabe la menor duda de que la muchacha no cambió de trabajo, sino que se fue a su casa a llorar de vergüenza mientras se escondía debajo de la cama.

La familia tuvo que vender los terrenos que mantenían desde tiempos de Hernán Cortés para pagar a los mejores psicólogos, sin éxito.

Años después sigue sin poder probar los huevos, y, lo que es peor, perdió el que debía haber sido el gran amor de su vida, ese mejicano que la rondaba en el trabajo.

Es usted un JRANDE de España... y de México.